Psicología
CARGA MENTAL: Qué es la carga mental y los consejos de la psicóloga Beatriz Galván para prevenirla

La
psicóloga Beatriz Galván nos describe la
carga mental como «la organización, planificación, elaboración de listados de tareas, atención y recuerdo de citas y fechas, para gestionar el día a día a nivel personal, familiar y laboral». Seguro que te suena. La
organización de nuestro día a día, sobre todo cuando se tienen hijos, se antoja una tarea imposible. Siempre estás pensando en lo que tienes que hacer, comprar, preparar. Cotejando horarios para que no se te solape la cita con el médico con las clases de natación, la visita a los abuelos con la actuación de gimnasia rítmica. Nos convertimos en una agenda con patas.
«
Procter & Gamble publicaba en un estudio (P&G, 2019) que tres de cada 4 mujeres en España (el 71%) sufre
carga mental, y casi la mitad de ellas no son conscientes de dicha carga. Solo un 12% de los hombres encuestados referían carga mental«, nos cuenta Galván. Y es que muchas personas no son conscientes del nivel de carga mental que soporta, y si es demasiado elevado, »puede conllevar
malestar emocional, físico y mental, desarrollo de sintomatología ansioso-depresiva, insomnio, cambios de humor y problemas relacionales«, advierte Beatriz.
Las consecuencias del exceso de carga mental
«En el caso de la gestión familiar y del hogar, la carga mental es soportada en su mayor parte por las
mujeres. Es todo el trabajo que supone la organización de la casa y la familia, escasamente valorado e invi
sible«, comenta Beatriz Galván. Y esta sobrecarga en la atención a planificar y organizar todos los aspectos de la vida puede desembocar en diversos problemas:
– Desarrollo de síntomas de ansiedad: sensación de presión en el pecho, aumento del ritmo cardíaco, dolor de cabeza, insomnio, alteraciones gastrointestinales, tensión muscular…
Mujer rubia agobiada frente a un ordenador. /
– Sintomatología depresiva: sentimientos de tristeza, falta de energía, apatía, falta de motivación…
– Dificultades para prestar atención, para concentrarse y para la toma de decisiones.
– Cambios de humor: aumento de la irritabilidad, tristeza, angustia…
– Dificultad para disfrutar de las actividades placenteras
– Dificultades en la comunicación y en las relaciones: pueden aumentar las tensiones y problemas en la pareja, dificultades en las relaciones familiares…
– Problemas en el trabajo: puede aparecer falta de motivación, dificultad para hacer frente a las tareas,
síndrome de burn out…
Tips de la psicóloga Beatriz Galván para prevenir la sobrecarga mental
1. Potencia tu autocuidado
A veces, pensamos que dedicar espacios de nuestro tiempo para atender sólo a
tus propias necesidades y hacer
actividades que te generen bienestar es perder el tiempo y ser egoísta, pero nada más lejos de la realidad. Potenciar tu
autocuidado te hará sentir mejor, lo que hará que tus relaciones familiares y sociales se vean beneficiadas.
2. Cuida tu alimentación y tus horarios de descanso
Seguir una
alimentación saludable hará que te sientas mejor a nivel físico puesto que tu salud se verá beneficiada. Pero también a nivel psicológico, ya que una
buena alimentación ayuda a mejorar la claridad mental, tener un mejor estado de ánimo y a prevenir el declive cognitivo.
Mujer en una cocina haciendo una ensalada. /
3. Practica actividad física varias veces por semana
El
ejercicio físico ayuda a la
autorregulación emocional, de manera que su práctica reduce la intensidad de emociones como la ira, la agresividad, la ansiedad y la depresión. Además disminuye la sensación de
fatiga, por lo que la persona se percibe más enérgica, con mayor capacidad de trabajo y descansa mejor.
4. Aprende a delegar
«Revisa qué cuestiones puede gestionar otra persona de tu entorno, para rebajar tu carga mental», aconseja
Beatriz Galván. Y es que no hace falta que lo hagas todo tú sola, otras personas pueden hacer lo mismo que tú con la misma eficacia, lo que rebajará tu nivel de
estrés en tu día a día.
5. Comparte tiempo con personas de tu entorno con quienes te sientas segura
A veces,
verbalizar tus emociones y preocupaciones las hace reales, les da un espacio en tu mente, lo que te permite buscar soluciones. Compartir tiempo con personas que validen esas emociones te hace darte cuenta de que no son tonterías, de que tienen importancia, como todo lo que puede afectar a tu
salud mental.
6. Planifica tu agenda en equipo
«En la
organización del hogar y familiar, estableced en equipo qué aspectos se deben planificar, y haced un reparto de áreas y tareas de forma
equitativa«, aconseja Galván. Y es que, en una pareja, la comunicación es clave y puede que la otra parte no se esté dando cuenta de todo el trabajo mental con el que cargas.
7. Practica ejercicios de autorregulación emocional
Las
emociones negativas o desagradables existen y no debemos reprimirlas. Cuando aparezcan este tipo de sentimientos (enfado, ansiedad, tristeza…), debes intentar
comprenderlas para transformarlas en una información útil de ti misma para poder darles una utilidad positiva.
8. Trátate con compasión y cuidado, cultivando los pensamientos positivos hacia tí misma
A veces, nosotras somos
las que peor nos tratamos, centrándonos en las cosas que se nos dan mal y lo que no nos gusta de nuestro físico de nuestras capacidades. Todas tenemos puntos fuertes y puntos débiles y
perdonarte tus flaquezas y celebrar tus virtudes es básico para sentirte bien.
9. Si necesitas apoyo, acude a un profesional de la psicoterapia
A veces no puedes con todo.
Y no pasa nada. Si
necesitas ayuda, el mayor signo de fortaleza es pedirla, eso no te hace débil. Un profesional de la
psicoterapia puede ayudarte a identificar dónde está el problema y darte herramientas para que puedas superarlo por ti misma.
Psicología
5 hábitos de las personas con alta autoestima que tienes que copiar para alcanzar el éxito, según Harvard

¿Se puede conseguir el éxito en cualquier propósito cambiando pequeños aspectos de tu vida? Según
Adam Grant, psicólogo licenciado en Harvard, esto es más que posible. Tan solo es necesario saber cuáles son estos puntos claves y ponerse manos a la obra para
integrarlos en la rutina.
El éxito depende únicamente de
las metas que cada persona tenga en su horizonte. Pueden ir desde un ascenso laboral hasta alcanzar una marca deportiva o conseguir una mejora en el ámbito personal. Sea cual sea el frente que tengas en mente, aplicar estos cambios es, según este psicólogo, la clave para lograrlos.
Pero, cuando hablamos de objetivos que tenemos en mente, lo interesante no es solo conseguirlo, sino ser
capaz de mantenerlos en el tiempo. Por eso es importante que estas propuestas no se limiten a un momento puntual, sino que seas capaz de
convertirlas en hábitos que realicemos casi inconscientemente en nuestro día a día.
La propuesta de Adam Grant se desarrolla en 11 puntos que se corresponden con 11 pequeños cambios que pueden aplicarse a distintos ámbitos de la vida. Para que sea aún más sencillos de comprender, lo recogemos en
5 puntos clave que resumen la intención del psicólogo y que puedes empezar a practicar ya para llegar a ese éxito que ansias, sea donde sea:
1. Aceptar los errores
A la hora de embarcarse en cualquier tipo de proyecto, sobra decir que lo más probable es que
no sea un camino de rosas constante, y que en algún momento tengas que enfrentarte a la desesperanza, el fracaso o la necesidad de volver a empezar. Por eso, Grant recomienda prepararse para este momento, primero, permitiéndote cometer errores y, después, no teniendo miedo de retroceder si sientes que te has estancado. Así, el proceso será mucho más orgánico y, aunque se ande más despacio, llegarás con paso más firme a tu destino.
2. Apostar por un objetivo que te represente
Algo fundamental en todos tus proyectos personales es que digan de ti justo lo que quieres transmitir. Por eso, tanto en el planteamiento como en el desarrollo de cualquier objetivo tu esencia debe estar presente y
ser capaz de verte reflejada lo que vas a mostrar al mundo. No hay mayor éxito que la satisfacción personal a la hora de abordar una tarea que nos importe, por eso ni los comentarios ajenos ni la inseguridad deberían ser un obstáculo en este camino.
3. Ponerte a ti misma a prueba
En el proceso de conseguir un objetivo concreto puedes llevarte el regalo de conocerte mucho más a ti misma, y eso implica en ocasiones
salir de tu zona de confort. En lo que exploras nuevas formas de llegar a tu meta concreta, también puedes ir más allá y descubrir otros lugares y situaciones que quizás no te habías planteado hasta ahora y que pueden enriquecerte mucho.
4. Rodearte de personas que aporten
De nada sirve contaminarte con
comentarios negativos cuando estás luchando por conseguir un propósito. Y sí, a veces es inevitable que alguna opinión caiga peor, pero parte de este éxito pasa también por conocer tus ambientes y con quién compartes tus progresos, no para que te alaben todo lo que haga, sino para
recibir un feedback constructivo que te ayude a avanzar por el camino correcto.
5. Reconor tus méritos
Es más que probable que, a lo largo de tu vida, hayas alcanzado ese éxito con el que sueñas muchas más veces de las que crees. No tienes por qué ir a lo grande, revisa tu día a día y sé realista con
todo lo que alguna vez te has propuesto y lo has conseguido, por muy insignificate que de primeras te pueda parecer. Esto te ayudará no solo a sentirte mejor contigo misma, también será una motivación extra que te aliente en los momentos más débiles y te sirva de refuerzo durante todo el proceso.
Psicología
PROBLEMAS EN EL TRABAJO: Cómo para los pies a un jefe que te trata mal, según Beatriz Galván

El
trabajo ocupa muchas horas de tu día, por lo que tener un buen clima laboral es básico para tu bienestar emocional. Pero no todo depende de ti, y si
tu jefe se comporta de manera agresiva,
infravalorándote e incluso
faltándote al respeto, la situación puede volverse insostenible.
Hemos hablado con
la psicóloga Beatriz Galván para que nos ayude a lidiar con el mal clima laboral, sobre todo ahora que volvemos al trabajo después de las vacaciones. «El
clima laboral es uno de los aspectos más importantes en cuanto a nuestro bienestar y satisfacción en el trabajo«, asegura la psicóloga. Y es que puede que te guste mucho tu trabajo, pero si tu jefe te trata mal, dará igual lo que te llene tu actividad.
«Cuando sentimos que nos tratan desde la
imposición, sin valorar nuestro esfuerzo y nuestros resultados, si vemos que
no se escuchan nuestras ideas o aportaciones, e incluso se castiga verbalmente que expresemos nuestra opinión, todo esto afectará a la percepción de nuestra valía como profesionales,
minará nuestra autoestima y generará una falta de motivación en nuestro trabajo«, asegura Galván.
¿Cómo lidiamos con un jefe que nos trata mal? Aquí va
el método de
la psicóloga Beatriz Galván.
Escena de la película El diablo viste de Prada.
Cómo podemos afrontar el día a día en el trabajo con un jefe déspota
1. Comunicación
Es importante mantener «una comunicación
directa, clara y respetuosa, tratando de buscar los espacios del día donde sepas que tu jefe está menos ocupado«, aconseja Beatriz Galván. »Trabajar tus habilidades de comunicación y las
técnicas asertivas, te ayudará a manejarte mejor en este punto«, continúa.
¿Y qué pasa si nos grita? «Si en algún momento tu responsable se activa y responde
de forma más arisca o agresiva, debes mantenerte
regulada y ser capaz de ponerte en su lugar expresando que comprendes su punto de vista,
redirigiendo la conversación hacia un espacio de diálogo desde el respeto y la calma«, aconseja.
2. Autocuidado
Si en nuestro entorno laboral debemos afrontar un jefe que se muestra verbalmente agresivo con el equipo, este es un factor de
estrés que a la larga afectará a tu bienestar y a tu salud. «Dedica en tu día a día espacios para hacer algo de deporte, para el contacto con tus familiares y amigas, para hacer
actividades agradables y para aquellas que te ayuden a relajarte«, aconseja la experta.
Pero durante la jornada laboral también puedes prestar atención a tu
autocuidado, realizando pequeñas pausas para ti isma y apoyándote en tus compañeros para que tu día a día sea más ameno. «Centrándote en tu cuidado y la atención a tus necesidades, podrás amortiguar (al menos en parte) el impacto del mal clima laboral generado por
un jefe déspota«, nos ha aconsejado.
Escena de la película La jefa.
3. Conoce el terreno y se previsora
Estar al día en tus tareas, así como en aspectos que puedan ser importantes en el
futuro y las posibles dificultades que puedan surgir, te ayudará a sentirte segura de los que haces, previniendo así posibles
problemas. Si tú estás segura de tu trabajo, nada de lo que te diga tu jefe podrá afectarte a nivel emocional.
4. Pon límites
«Si pese a la puesta en práctica de habilidades de comunicación y de autorregulación emocional, la comunicación con tu jefe es complicada y sientes que te genera malestar,
trata de poner límites«, aconseja Galván. Y es que los límites son muy importantes en toda relación, ya sea con la pareja como con los amigos y sí, también con tu jefe.
Pero, ¿cómo lo hacemos? «Si no existe necesidad de tener contacto diario, puedes limitarte a tener con él
los contactos estrictamente necesarios y cuando ello suceda, enfocar la comunicación a los aspectos básicos, y en caso de que se exprese mediante críticas agresivas, expresarte de forma asertiva, poniendo límites a la comunicación agresiva«, asegura.
5. Busca soluciones o un cambio
Tú lo has intentado todo, comunicándote desde el respeto, poniéndo límites y siendo previsora pero aún así, la situación en tu trabajo es
extrema y tu jefe se expresa constantemente desde la agresividad y faltando al respeto a los trabajadores. En ese caso, debes
pensar en ti mismo y en tu salud.
«Busca
apoyos (informa de la situación y protégete, acudiendo al departamento de RRHH, sindicato de la empresa…), observa si existen posibilidades de cambio (de departamento, de área…) , y en última instancia, plantéate un
cambio de trabajo. Tu salud es lo primero«, asevera.
Psicología
REGULACIÓN EMOCIONAL: La frase de la psicóloga Beatriz Galván para no perder los nervios en una discusión

Tener una
diferencia de opiniones con alguien es normal, ya sea con tu pareja o con cualquier otra persona. Pero no siempre lo hacemos de la mejor manera, y en una
discusión habitual puede haber problemas, como que el otro
no te deje hablar, que
te falten al respeto o que tengas que
soportar comentarios machistas.
En mitad de una discusión puede haber un momento en el que
un comentario ofensivo o cualquier otra situación nos provoque
rabia, pasando rápidamente a elevar el tono. «En ese momento lo que está sucediendo es que la parte de nuestro cerebro que está activada es el llamado »cerebro emocional« o
sistema límbico. Si nos dejamos llevar por este estado, va a ser difícil que nos podamos comunicar de forma eficaz, y lo más probable es que
nos expresemos desde la rabia a nivel verbal o mediante nuestra comunicación no verbal», nos ha contado
la psicóloga Beatriz Galván.
¿Y qué podemos hacer para no caer en esto? «Para poder comunicarnos de forma adecuada, necesitamos que esta parte de nuestro cerebro esté
regulada. Desde este estado, nuestro cerebro racional funciona mejor, por lo que
pensamos con más claridad y podemos expresar nuestras ideas y argumentos mejor», asegura Galván.
Escena de la serie Succession. /
El método de Beatriz Galván para no perder los nervios en una discusión
1. Concéntrate en tu respiración
«En el momento en que notes que te empiezas a enfadar o a agitar, trata de concentrarte en sentir tu respiración, y haz unas cuantas
respiraciones profundas. Trata de inspirar de forma lenta y profunda, y expirar del mismo modo. De este modo, tu activación irá descendiendo e irás conectando con la
calma», aconseja Galván.
2. Identifica tu emoción y regula lo que sientes
Esta es la parte más importante del método, así que presta atención: «Si notas que te estás agitando, observa qué es lo que sientes e internamente
identifica qué emoción es: ¿es rabia?, ¿es angustia?, ¿es miedo? Desde estas emociones, nos ponemos en alerta, activando la
respuesta de lucha o huída», nos asegura la experta.
Y si te encuentras así, lo más habitual es que eleves el tono: «estando
a la defensiva, no es posible que nos comuniquemos de forma constructiva. Necesitamos estar reguladas. Así que tras identificar y nombrar la emoción, observa
cómo la sientes en tu cuerpo», aconseja.
Y continúa: «Tras ello, trata de
tomar distancia de lo que está sucediendo, poniéndote en la posición de observadora de la escena. De este modo, ayudarás a tu cerebro y a tu cuerpo a identificar que se trata de una situación que no es peligrosa, es
solo una conversación». De este modo, se desactiva la respuesta de lucha o huída y dejarás de sentir esa rabia que te impulsa a elevar la voz.
Escena de la serie And Just Like That. /
3. Utiliza los silencios
A partir de ahí, sólo tienes que intentar
mantenerte tranquila: «Trata de continuar la conversación con un ritmo tranquilo y pausado. Utiliza los silencios para
tomarte unos segundos para respirar, y para pensar lo que quieres expresar», nos ha aconsejado.
4. Utiliza la escucha
«Atiende y escucha a la persona con la que estás hablando tratando de
comprender lo que dice y cómo lo dice; es decir, atendiendo también a su comunicación no verbal y a su estado emocional», nos aconseja para que consigas conectar con lo que trata de decir la otra persona y puedas así
desconectar tu rabia.
¿Y si es tu interlocutor quien empieza a gritar?
Vale, tú has aplicado el método de nuestra psicóloga a la perfección y has conseguido
regularte de tal forma que no te has dejado llevar por la rabia y has evitado el grito fácil, pero la otra persona no lo ha logrado. ¿Cómo nos comportamos en esas ocasiones?
«Es importante tener en cuenta nuestro bienestar emocional, de modo que si se trata de una discusión en la que la otra persona
se expresa de forma agresiva, es importante que pongamos límites y en caso necesario, zanjar la discusión», nos ha aconsejado. En palabras llanas, lo que quiere decir es que
cortes esa situación y no permitas que nadie te grite faltándote al respeto.
«Otras herramientas muy útiles para aprender a manejarnos en las discusiones son la práctica de
técnicas de asertividad y de actividades que nos ayuden a conectar con la calma en nuestro día a día, como
el mindfulness o la relajación», nos ha aconsejado.
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